De este grupo de artículos, ¿recuerdan el nombre del primero, del 7 de enero del presente? Es, “Evolución del método que
usa el estratega”. ¿Por qué es importante conocer el origen y evolución de
algo, en este caso del enfoque estratégico? Son varias las razones. Primero,
qué circunstancias provocaron su aparición. Segundo, cuáles son las
características de la situación que explica el enfoque que predominó en cada
una de ellas. Tercero, por qué deja de ser eficaz seguir usando el enfoque de
la situación anterior. Cuarto, qué de nuevo trae el nuevo enfoque. Quinto, qué
se conserva de los enfoques anteriores. Todo este conocimiento le permite al
estratega predecir con cierta probabilidad, qué nueva situación se va a
presentar y podrá estimar y anticipar qué nuevos conocimientos y herramientas
teóricas se impondrán.
Estas distintas visiones de
enfoques sobre decisiones estratégicas y estrategias explican cómo se han
desarrollado los nuevos enfoques que se han usado para lograr el liderazgo
estratégico. No tiene sentido decir que un enfoque cualquiera es más eficaz que
otro. Cada uno ganó vigencia debido a las circunstancias que prevalecieron y lo
justificaron. Cuál de ellos sea el más eficaz dependerá del tipo de problema
que enfrente la organización, dentro de una situación mercado-producto
particular, como también del estilo y las preferencias de sus líderes. Además,
cada uno de estos enfoques estratégicos se puede tomar para reflejar un estilo
de liderazgo en particular, si bien, en realidad, muchas organizaciones
reflejarán una combinación de éstos. Todos los enfoques, de alguna forma u
otra, conservan algo del anterior.
No deja de ser interesante ver
que, con frecuencia, estos enfoques se fueron creando en base a visiones anteriores,
poniendo en el debate entre los teóricos de la administración estratégica sobre
cómo las organizaciones pueden alcanzar el éxito en entornos dinámicos,
complejos y diversos. El desarrollo de un nuevo enfoque no quiere decir que los
anteriores deban ser declarados obsoletos y desechados, o que ya no sean
válidos, sino que en ciertas circunstancias es posible que ya no proporcionen
soluciones originales, que permitan la manifestación contundente de la ventaja
competitiva. Recordemos que, el alma, el motor, el eje estratégico de la
estrategia es la ventaja competitiva. El enfoque a utilizar debe potenciar la
ventaja competitiva, si no lo logra, el enfoque no le sirve a la organización
en sus propósitos.