miércoles, 8 de marzo de 2017

Componentes de la formulación estratégica

Tanto la estrategia corporativa, como la empresarial, tienen que entenderse como un proceso organizacional, inseparables en muchos sentidos de la estructura, el comportamiento y la cultura de la empresa en la que tiene lugar. Dentro del proceso de formulación de la estrategia, es posible identificar dos aspectos interrelacionados en la vida real, pero susceptibles de separarse para propósitos de análisis y comprensión. Al primer aspecto se ha dado en denominar formulación y al segundo como implantación. La decisión de lo que finalmente será la estrategia, dependerá de las circunstancias internas del estratega: sus conocimientos, experiencia, criterio, valores y ambiciones. La presencia de las ambiciones del estratega está hablando del lazo emocional que pudiera complicar la elección entre distintas opciones.

En cuanto al componente lógico de la formulación, las principales actividades incluyen la identificación de oportunidades y amenazas en el medio ambiente en el que se desenvuelve la compañía, así como atribuir una estimación de riesgo a cada una de las opciones determinadas. Antes de inclinarse por una elección particular, se debe tener presente los aspectos en los que la empresa tiene fortalezas y en los que muestra claras debilidades, junto con la disponibilidad y calidad de los recursos y el nivel de alcance que tiene la empresa. Será preciso determinar, con la mayor objetividad posible, su capacidad real y potencial para tomar ventaja de las necesidades identificadas en el mercado, así como su capacidad para hacer frente a los riesgos inherentes a su desempeño.


La opción estratégica que resulte de conjuntar la oportunidad y la capacidad empresarial en un nivel aceptable de riesgo constituye lo que podemos denominar estrategia económica. El grado en que los estrategas desean asumir bajos y altos riesgos depende presumiblemente de sus objetivos de utilidad. Mientras más altas fijan las utilidades deseadas es de esperarse que estarán dispuestos a asumir un riesgo equiparable al caso de amenazas de mercado que podrían enfrentarse exitosamente, o de que la capacidad empresarial para sobresalir entre la competencia logre hacerse realidad. Aquí, definitivamente, entra en juego los valores personales, las aspiraciones e ideales de estratega que, quiérase o no, ejerce influencia sobre la elección final de propósitos. (tomado de Henry Mintzberg)

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