Revise usted
su proceder cuando se dedica a elaborar alternativas, las evalúa y trata de
elegir una entre ellas. Notará que, usted se vuelve lo más racional, lo más lógico
posible cuando las elabora y evalúa cada una de ellas; y, cuando se decide a elegir
una lo hace recurriendo a su aspecto emocional y afectivo. Henry Mintzberg dice
que, “la elección estratégica tiene un rasgo ético, un hecho ilustrado de
manera muy dramática en algunas industrias más que en otras”. Piense un momento
en las industrias relacionadas con la moda y los cosméticos, o los servicios y
se entenderá lo que quiso decir Mintzberg; es bastante probable que, la
esperanza y el temor estén presentes, y se tengan muy en cuenta, a la hora de
la elección de una alternativa que consideramos sea ganadora.
Así como las
distintas opciones y alternativas que hemos logrado plantear pueden ser
ordenadas tomando en cuenta su grado de riesgo que conllevan, pueden ser
también examinadas en relación a las capacidades de respuesta que se posee,
elegidas por el estratega, en relación a las expectativas de la sociedad,
específicamente del mercado. Al ejecutivo que las ha elaborado y evaluado,
algunas alternativas pueden resultarle más atractivas que otras, sobre todo
cuando tiene en mente las necesidades del mercado que se pretende satisfacer o
las soluciones que se ofrecen para resolver sus problemas.
Esto nos
hace pensar, principalmente, en la inteligencia emocional que posee, o no, el
estratega: ¿tiene en mente, y es sensible, al bien público o el servicio social
que le da razón de ser a su empresa? Si sólo piensa en el crecimiento sostenido
con grandes utilidades, descuidando las necesidades y problemas por satisfacer
y resolver del mercado, indicará que ha quedado atrapado exclusivamente en la
función de la empresa, olvidando su misión. La inteligencia académica dicta su
conducta. En tal sentido, el estratega tiene que aprender a armonizar función
interna y misión externa de la empresa. Traducido a su educación, formación
y capacitación profesional, significará esmerarse en armonizar su inteligencia
académica con su inteligencia emocional. Así estamos hechos los seres humanos.
Muy buen artículo!!
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