Este enfoque
sobre decisiones estratégicas se centra en cambiar por completo el rendimiento
de una organización en descenso, tal vez cuando el líder visionario ha
fracasado. Es un enfoque autocrático, implacable y rápido, quizás por la
situación crítica a la que ha llegado la organización; es más específico al
contexto. Invariablemente, el requisito es operar cuando una organización está
en estado bastante pésimo. Un ejemplo de esta crítica situación a la que puede
llegar una organización es IBM. Lou Gerstner, su CEO, la tuvo que reposicionar
en el mercado como proveedora de servicios además de productos.
La estrategia de
la reestructuración obtuvo una gran fama durante la recesión que tuvo lugar a principio
de los noventa, cuando muchas empresas temieron por su supervivencia.
Recordemos que, en aquella época se pone en boga la Reingeniería, como herramienta
operacional, para diseñar nuevamente la organización, porque su antiguo modelo de
negocios ya no era una correcta respuesta a los cambios ocurridos en los
mercados locales y mundiales. Se sumo a este esfuerzo otra herramienta
operacional del momento, el Benchmarking; ambas contribuyeron de manera
efectiva con la estrategia de la reestructuración.
Para tener éxito
en el cambio completo con esta estrategia, es importante llevar a la práctica
nuevos sistemas de control rápidamente y concentrarse en las razones de la
caída para poder revertirla, al tiempo que se busca el camino más original para
conseguir un crecimiento inmediato. Los problemas de corto plazo son críticos y
fuente de presión de parte de los accionistas de la empresa; es necesario un
cambio radical de toda la perspectiva. Por eso, es importante poner en relieve
las causas reales de la debilidad, como la complacencia, la arrogancia
desmedida y la falta o pérdida de visión, a fin de modificar la cultura y el
rendimiento del negocio. Titánica tarea.
Buen artículo!!
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