¿Qué es lo
primero que haría usted, como cabeza de una organización, si ha identificado
una gran oportunidad de negocio entre varias que descubrió? La misma, se pinta
muy atractiva en términos económicos. Ya se dio cuenta usted que, logrará
explotarla convenientemente si ejecuta acciones con excelencia. El buen sentido
parece indicar que, lo primero que tiene que hacer para validar una elección
tentativa entre varias oportunidades consiste en determinar si su organización está
en capacidad de emprenderla con éxito. La capacidad de una organización es su
habilidad, actual y potencial, de llevar a cabo, en contra de la competencia y
la oposición circunstancial, lo que se ha propuesto realizar. El solo deseo de
tener éxito no basta; tienen que haber capacidades que conviertan el deseo en
realidad.
No se está
diciendo nada nuevo cuando se afirma que, toda organización posee puntos
fuertes y débiles, actuales y potenciales; lo curioso es que no siempre el
estratega de la empresa es consciente de ellas, o las subvalúa o las
sobrevalora. Ser objetivo en cuanto a reales capacidades de la empresa, no es
únicamente un asunto de calidad intelectual del estratega; comprende, también,
conocer las capacidades de quienes ejecutarán la estrategia. Dado que, al
formular la estrategia es prudente extender o maximizar las fuerzas y disminuir
o minimizar las debilidades, resulta importante determinar en qué consisten, y
distinguir con claridad unas de otras. El estilo de liderazgo del estratega es
determinante para que sus colaboradores pongan de manifiesto todo su potencial,
y se exprese en resultados.
Una empresa
tiene la misma posibilidad de conocer sus fuerzas y limitaciones y de mantener
una constante y adecuada observación del medio ambiente en el que opera. Aunque
lo primero conlleva mayor dificultad, la subjetividad, la falta de confianza y
rehusarse a enfrentar la realidad pueden dificultar el que las empresas, tanto
como sus integrantes, lleguen a conocerse. Pero, así como es esencial, aunque
difícil, que una persona madura logre alcanzar un adecuado conocimiento de sí
misma, es igualmente necesario que una organización pueda identificar con la
mayor precisión posible su principal punto fuerte y su vulnerabilidad crítica.
Muchas veces el ego y la soberbia del “brillante” estratega opacan su capacidad
de tomar correctas decisiones en este sentido.
Muy bueno el artículo!!
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