Luego de haber
analizado las cinco fuerzas o diamante de la competitividad, ¿qué debe hacer el
estratega? Una vez que el estratega ha evaluado las fuerzas que influyen en la
actividad competitiva en su sector industrial y sus causas fundamentales,
estará en condiciones de identificar los puntos fuertes de su empresa y sus
debilidades. Desde el punto de vista estratégico, los puntos fuertes y las
debilidades cruciales rebelan en qué condiciones o posiciones se encuentra la
empresa frente a las causas fundamentales de cada fuerza. Por ejemplo, ¿en qué
condición queda ante los sustitutos?, ¿en qué nivel de negociación se encuentra
frente a sus principales proveedores?, ¿contra las capacidades y habilidades que
traen los nuevos ingresantes al sector?
Inmediatamente
después de hacer este diagnóstico y análisis, basado en una clara idea
competitiva, el estratega puede diseñar un plan de acción que tal vez incluya:
1) posicionamiento de la empresa de manera que sus capacidades permitan una
mejor defensa contra la fuerza competitiva; 2) influir en el equilibrio de las
fuerzas a través de maniobras estratégicas, mejorando la posición de la
empresa; y 3) anticiparse a los cambios en los factores fundamentales de las
fuerzas y responder ante ellos, con la esperanza de explotar el cambio
utilizando una estrategia adecuada para el nuevo equilibrio competitivo, antes
que los competidores lo reconozcan. El propósito es pasar de una posición de
debilidad a una posición de fuerza relativa.
Es muy difícil
dominar el arte de la maniobra para conseguir ocupar una posición que facilite
el logro de los objetivos estratégico. La dificultad en este campo consiste en
convertir un camino aparentemente difícil en la vía más directa y en cambiar la
adversidad en ventaja, la amenaza en oportunidad. De esta forma, se puede avanzar
por mercados y territorios en los que recién se ha incursionado y sorprender a
la competencia de manera creativa, haciendo las cosas de manera muy distinta.
Gracias a este procedimiento es posible que, habiendo ingresado en un nuevo
mercado más tarde que nuestro competidor, tengamos mayor acogida. Maniobrar
estratégicamente en un nuevo mercado es todo un arte y, por tanto, una práctica,
que le demanda al estratega mucho criterio.