jueves, 31 de mayo de 2018

Fuerzas, debilidades y maniobras



Luego de haber analizado las cinco fuerzas o diamante de la competitividad, ¿qué debe hacer el estratega? Una vez que el estratega ha evaluado las fuerzas que influyen en la actividad competitiva en su sector industrial y sus causas fundamentales, estará en condiciones de identificar los puntos fuertes de su empresa y sus debilidades. Desde el punto de vista estratégico, los puntos fuertes y las debilidades cruciales rebelan en qué condiciones o posiciones se encuentra la empresa frente a las causas fundamentales de cada fuerza. Por ejemplo, ¿en qué condición queda ante los sustitutos?, ¿en qué nivel de negociación se encuentra frente a sus principales proveedores?, ¿contra las capacidades y habilidades que traen los nuevos ingresantes al sector?

Inmediatamente después de hacer este diagnóstico y análisis, basado en una clara idea competitiva, el estratega puede diseñar un plan de acción que tal vez incluya: 1) posicionamiento de la empresa de manera que sus capacidades permitan una mejor defensa contra la fuerza competitiva; 2) influir en el equilibrio de las fuerzas a través de maniobras estratégicas, mejorando la posición de la empresa; y 3) anticiparse a los cambios en los factores fundamentales de las fuerzas y responder ante ellos, con la esperanza de explotar el cambio utilizando una estrategia adecuada para el nuevo equilibrio competitivo, antes que los competidores lo reconozcan. El propósito es pasar de una posición de debilidad a una posición de fuerza relativa.

Es muy difícil dominar el arte de la maniobra para conseguir ocupar una posición que facilite el logro de los objetivos estratégico. La dificultad en este campo consiste en convertir un camino aparentemente difícil en la vía más directa y en cambiar la adversidad en ventaja, la amenaza en oportunidad. De esta forma, se puede avanzar por mercados y territorios en los que recién se ha incursionado y sorprender a la competencia de manera creativa, haciendo las cosas de manera muy distinta. Gracias a este procedimiento es posible que, habiendo ingresado en un nuevo mercado más tarde que nuestro competidor, tengamos mayor acogida. Maniobrar estratégicamente en un nuevo mercado es todo un arte y, por tanto, una práctica, que le demanda al estratega mucho criterio.


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