miércoles, 25 de julio de 2018

¿Cómo enfrenta lo desconocido el estratega?



Lo único que sabe el estratega empresarial con absoluta certeza sobre el futuro es que será diferente. ¿Qué lo hace pensar de esa manera? Lo más obvio de este mundo: el cambio permanente que se da en todas las cosas y fenómenos, principalmente los empresariales. Hoy, existen muchas herramientas y técnicas conceptuales disponibles para enfrentar lo desconocido y permitirles remontar las olas del cambio e impulsar sus organizaciones hacia el futuro que, de todas maneras, será diferente a lo que es ahora el sector al que pertenece la empresa, como el mercado que atiende. La prospectiva tecnológica es una herramienta que nos puede permitir aproximarnos a visualizar con mucha anticipación, y bastante aproximada, la factibilidad de ese futuro que se quiere construir.

En artículo anterior se dijo que, la experiencia del estratega puede contribuir mucho en señalar el camino hacia futuros posibles, en los cuales surgirán nuevas situaciones, determinadas por factores que, en algunos casos, sólo podremos calcular la probabilidad de que se presenten, e inevitablemente con nuevas reglas. Estas nuevas situaciones y reglas darán forma al modo en que se trabaje y desarrolle la organización del futuro; la nueva organización pondrá de manifiesto una nueva modalidad de funcionamiento, que debe ser la mejor respuesta al entorno cambiante que enfrentará la empresa. Dentro de toda esta compleja, cambiante y dinámica situación, el estratega tendrá que diseñar la estrategia que permita lograr el crecimiento sostenido de su empresa.

Al entender las fuerzas que hoy dan forma a las decisiones que se toman en una organización o que formarán parte de la agenda de gestión en el futuro, podremos entender mejor el contexto para la toma de decisiones estratégicas. Encontrar ideas, alternativas y soluciones que se basan únicamente en la experiencia y conductas del pasado es algo a lo que no se puede limitar el estratega. Lo que más importa es una valoración de las fuerzas que dan forma a la estrategia de negocios, las ideas que influyen en las decisiones y las dificultades del pensamiento estratégico, cuyo resultado será la toma de decisiones estratégicas más eficaces. Toda forma de competir se basa en una serie de ideas y creencias; ¿cuáles son esas ideas y creencias en la mente del estratega?

miércoles, 18 de julio de 2018

Decisiones estratégicas y tácticas



Peter Drucker, recomienda trasladar la toma de decisiones, cada vez más, al nivel en el cual ocurren realmente las cosas, al nivel en el cual hacen más impacto; esto, a su vez, debe venir acompañado de recortar niveles jerárquicos que acerquen la alta gerencia al nivel más bajo de la organización. Jeremy Kourdi añade que, el alcance de dicho proceso debe extenderse a lo largo de la organización y que las técnicas aplicadas varían entre los distintos sectores, industriales, comerciales y de servicios. Por ejemplo, los estudios de abogados son a menudo de corte conservador y jerárquico, de gestión top-down (de arriba abajo), en ellos predomina la naturaleza de la profesión misma, en tanto que en las empresas de software se caracterizan generalmente por la gestión bottom up (de abajo arriba).

Lo que importa, dice Kourdi, es cómo cada organización toma las decisiones y las pone en práctica en relación con sus competidores. De esto se colige que no existe un único concepto relativo a la toma de decisiones que se pueda ajustar a cada situación, sector, organización o ejecutivo. Sin embargo, existen amplias herramientas conceptuales y metodologías para quienes deben tomar decisiones estratégicas y eso es lo que debe analizarse a fondo. Si hablamos de niveles, entonces, hay que distinguir el tipo de decisión que se toman en ellas. En la alta gerencia, se toman decisiones estratégicas partiendo de una visión de conjunto de la situación de la empresa, en relación con su entorno competitivo; en los niveles intermedios, se toman decisiones tácticas y más abajo, operativas.

Se dice que la experiencia es valiosa sólo en tanto y en cuanto el futuro se asemeje al pasado. A priori, esto parece cierto, pero, en verdad, la experiencia es valiosa aun cuando el futuro no se parezca al pasado, puesto que nos ayuda a entender y a hacernos cargo de los cambios y de lo desconocido. Simplemente, lo que importa no es lo que conocemos, sino cómo respondemos ante lo que no conocemos. El modo en que hacemos es influenciado en gran medida por nuestra experiencia. El arte de tomar decisiones estratégicas depende tanto de cómo respondemos ante lo que no conocemos como de cómo lo hacemos ante situaciones claramente definidas. Por eso, el gerente general necesita saber qué debe hacerse y, constatar que los gerentes debajo de él saben cómo hacerlo.

viernes, 13 de julio de 2018

Tramos oscuros en el proceso de tomar decisiones estratégicas



Todos los fenómenos sociales, incluso los de negocios, no tienen una trayectoria lineal, sino llena de altibajos, así guarden una tendencia creciente, horizontal o descendente; este es el aspecto o componente objetivo de la situación competitiva. Esto hace que, las decisiones estratégicas rara vez sean directas y sencillas. Pero, en este proceso también hay un aspecto o componente subjetivo, que interviene aumentando su complejidad por las características humanas de quien toma las decisiones; es decir, comprometen juicios de valor que dependen en gran medida de los conocimientos, percepciones, experiencias, valores, carácter y criterio de las personas. Esta es una de las razones que explica que tantas decisiones sean erróneas.

El propósito de este artículo es que, el lector tome consciencia de que tomar decisiones estratégicas no sólo consiste en recurrir a la abundante bibliografía que hay sobre planeamiento estratégico, y ahí encontrar la fórmula mágica que nos ahorre la necesidad de diagnosticar y analizar los hechos, los datos objetivos sobre la situación competitiva; también tenemos que recurrir a nuestra experiencia y, principalmente, a nuestro criterio, para atrevernos a diseñar o formular estrategias empresariales. Toda la teoría desarrollada al respecto no hay que tomarla como un dogma, sino como una guía para nuestras decisiones y acciones. Las herramientas y conceptos que contienen estas teorías sólo sirven para “no andar a oscuras”, nunca nos dirán exactamente cómo hacer.

Las decisiones estratégicas son las opciones que determinan la dirección del golpe principal y el éxito de las organizaciones. Si bien muchos de los encargados de tomarlas son gerentes generales, emprendedores y líderes, es cada vez más frecuente ver que los mandos medios también necesitan desarrollar esa responsabilidad, así como hacerse de una visión de conjunto que les permita comprender cuál es la contribución que debe hacer su área al logro de los objetivos estratégicos. Esto es así porque las organizaciones son más horizontales que hace tiempo y están más que nunca centradas en el cliente, además de ser impulsadas por las fuerzas del cambio y la complejidad, que son cada vez más intensas y aceleradas.

jueves, 5 de julio de 2018

¿Qué modelo de estrategia utilizar?



¿De qué deberíamos partir o tener en cuenta para elegir un modelo de estrategia, que corresponda a nuestra realidad del sector al que pertenecemos y realidad empresarial particular? Muchos autores que han tratado este tema con mucha profundidad, en cuanto a contenidos sobre administración estratégica, aparte de las famosas empresas consultoras mundiales en estrategia, tienen su propia lista de estrategias que con más frecuencia buscan las organizaciones de diversos tipos. Lo que tenemos que considerar es que, casi siempre estás listas tienden a limitar nuestro criterio e imaginación y nos condicionan a usar ciertos tipos de estrategia. Tenemos que cuidarnos de no caer en la tendencia a calcar y copiar lo que aparece en los libros, de manera mecánica.

En 1965, Igor Ansoff propuso una matriz de cuatro estrategias que se volvieron muy populares: penetración de mercado, desarrollo de producto, desarrollo del mercado y diversificación. Hay que ubicar a Ansoff en el espacio y tiempo en que concibió estas estrategias; era la época en la que predominaba la orientación hacia el producto: todo lo que se producía se vendía. En ese contexto, estas estrategias resultaron comprensibles. Quince años después, Michael Porter (1980) introdujo la que fuera la lista más conocida de “estrategias genéricas”: liderazgo en costos, diferenciación y enfoque. Porter, elabora sus estrategias en un contexto distinto; empezaba la época en la que predominaba la orientación hacia el mercado: ¿en qué negocio estamos?, ¿qué producimos y qué vendemos?

La lista de Ansoff y de Porter por separado, aparecían incompletas; entre los teóricos y consultores de estrategias empresariales se empezaron a dar polémicas que defendían su propia posición, sin intentar encontrar el punto común que ampliara los beneficios de ambos enfoques. Ansoff se centraba en la estrategia de ampliaciones del negocio; Porter se enfocaba, en primer lugar, en la identificación del negocio. Lo recomendable es no enfrentar, sino hacer un cruzamiento de ambos puntos de vista, encontrando el elemento común: la identificación del negocio es el eje vertical y la ampliación del negocio es el eje horizontal, de dicho cruzamiento. De esta manera, el campo de creatividad en temas de estrategia se amplia, sin limitarnos a calcar ni copiar a uno u a otro.