¿De qué deberíamos
partir o tener en cuenta para elegir un modelo de estrategia, que corresponda a
nuestra realidad del sector al que pertenecemos y realidad empresarial
particular? Muchos autores que han tratado este tema con mucha profundidad, en
cuanto a contenidos sobre administración estratégica, aparte de las famosas
empresas consultoras mundiales en estrategia, tienen su propia lista de
estrategias que con más frecuencia buscan las organizaciones de diversos tipos.
Lo que tenemos que considerar es que, casi siempre estás listas tienden a limitar
nuestro criterio e imaginación y nos condicionan a usar ciertos tipos de
estrategia. Tenemos que cuidarnos de no caer en la tendencia a calcar y copiar
lo que aparece en los libros, de manera mecánica.
En 1965, Igor Ansoff
propuso una matriz de cuatro estrategias que se volvieron muy populares:
penetración de mercado, desarrollo de producto, desarrollo del mercado y
diversificación. Hay que ubicar a Ansoff en el espacio y tiempo en que concibió
estas estrategias; era la época en la que predominaba la orientación hacia el
producto: todo lo que se producía se vendía. En ese contexto, estas
estrategias resultaron comprensibles. Quince años después, Michael Porter
(1980) introdujo la que fuera la lista más conocida de “estrategias genéricas”:
liderazgo en costos, diferenciación y enfoque. Porter, elabora sus estrategias
en un contexto distinto; empezaba la época en la que predominaba la orientación
hacia el mercado: ¿en qué negocio estamos?, ¿qué producimos y qué vendemos?
La lista de Ansoff y
de Porter por separado, aparecían incompletas; entre los teóricos y consultores
de estrategias empresariales se empezaron a dar polémicas que defendían su
propia posición, sin intentar encontrar el punto común que ampliara los
beneficios de ambos enfoques. Ansoff se centraba en la estrategia de ampliaciones del negocio; Porter se
enfocaba, en primer lugar, en la identificación
del negocio. Lo recomendable es no enfrentar, sino hacer un cruzamiento de
ambos puntos de vista, encontrando el elemento común: la identificación del
negocio es el eje vertical y la ampliación del negocio es el eje horizontal, de
dicho cruzamiento. De esta manera, el campo de creatividad en temas de estrategia
se amplia, sin limitarnos a calcar ni copiar a uno u a otro.
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