Peter Drucker,
recomienda trasladar la toma de decisiones, cada vez más, al nivel en el cual
ocurren realmente las cosas, al nivel en el cual hacen más impacto; esto, a su
vez, debe venir acompañado de recortar niveles jerárquicos que acerquen la alta
gerencia al nivel más bajo de la organización. Jeremy Kourdi añade que, el
alcance de dicho proceso debe extenderse a lo largo de la organización y que
las técnicas aplicadas varían entre los distintos sectores, industriales,
comerciales y de servicios. Por ejemplo, los estudios de abogados son a menudo
de corte conservador y jerárquico, de gestión top-down (de arriba abajo), en ellos predomina la naturaleza de la
profesión misma, en tanto que en las empresas de software se caracterizan
generalmente por la gestión bottom up (de abajo arriba).
Lo que importa, dice
Kourdi, es cómo cada organización toma las decisiones y las pone en práctica en
relación con sus competidores. De esto se colige que no existe un único
concepto relativo a la toma de decisiones que se pueda ajustar a cada
situación, sector, organización o ejecutivo. Sin embargo, existen amplias
herramientas conceptuales y metodologías para quienes deben tomar decisiones
estratégicas y eso es lo que debe analizarse a fondo. Si hablamos de niveles,
entonces, hay que distinguir el tipo de decisión que se toman en ellas. En la
alta gerencia, se toman decisiones estratégicas partiendo de una visión de
conjunto de la situación de la empresa, en relación con su entorno competitivo;
en los niveles intermedios, se toman decisiones tácticas y más abajo, operativas.
Se dice que la
experiencia es valiosa sólo en tanto y en cuanto el futuro se asemeje al
pasado. A priori, esto parece cierto, pero, en verdad, la experiencia es
valiosa aun cuando el futuro no se parezca al pasado, puesto que nos ayuda a
entender y a hacernos cargo de los cambios y de lo desconocido. Simplemente, lo
que importa no es lo que conocemos, sino cómo respondemos ante lo que no
conocemos. El modo en que hacemos es influenciado en gran medida por nuestra
experiencia. El arte de tomar decisiones estratégicas depende tanto de cómo
respondemos ante lo que no conocemos como de cómo lo hacemos ante situaciones
claramente definidas. Por eso, el gerente general necesita saber qué debe hacerse y, constatar que los
gerentes debajo de él saben cómo hacerlo.
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