¿Cuáles son las
características esenciales en los ambientes de negocio, a partir de la década
del 70, como consecuencia de la incursión y agresividad comercial japonesa, a
nivel mundial, de aquel entonces? ¿Ha amainado o se ha exacerbado en épocas
actuales esa situación? El entorno de negocios cada vez se torna más turbulento,
complejo y veloz; entonces, ser una “organización que aprende” es una
significativa ventaja, porque le permite adaptarse rápidamente a los vientos de
cambio. Fue Peter Senge, en su obra “La Quinta Disciplina”, en 1993, quien
destacó este aspecto esencial de las organizaciones, y su influencia en el planeamiento
estratégico.
Las empresas que
se auto organizan deben ser diseñadas y conducidas por gente que pueda crear
una entidad cuyas partes componentes se auto organicen. Considerando que, las
cosas no se organizan por sí solas, sino por obra de la gente, entonces, se necesita
personal que tenga la capacidad de auto organizarse continuamente, en torno de
los temas estratégicos emergentes, para que en la organización todo fluya, principalmente
el conocimiento. De esta manera, las teorías y fórmulas gerenciales
desarrolladas, aceptadas y las expectativas sobre los resultados a obtener de
su aplicación se ven desafiadas y revisadas en forma permanente.
Para cumplir con
este propósito, las organizaciones necesitan la capacidad de desarrollar
comunidades y equipos que aprendan; redes de personas que trabajen juntas sin
la tradicional dirección vertical de arriba hacia abajo a fin de mejorar su
efectividad y eficiencia. El fin supremo en este tipo de organizaciones es
generar soluciones innovadoras para las oportunidades comerciales que se han
descubierto. En estas “organizaciones que aprenden”, la innovación y la
colaboración son competencias cruciales para funcionar en entornos que sean
difíciles de controlar y que estén sometidos a cambios rápidos. Actualización,
aprendizaje permanente; no hay otro medio.