El padre de este
enfoque es Michael Porter, que apareció inicios de la década de los ochenta.
Porter, se hizo conocido con sus dos obras clásicas: Estrategia Competitiva y
Ventaja Competitiva. Su enfoque se basa en
el famoso “diamante” o “rombo” de la competitividad, también conocido
como el de “Las 5 Fuerzas”. Porter plantea hacer un exhaustivo análisis del
sector industrial en el que opera la empresa, para identificar, con la mayor
precisión posible, cuáles son las fuerzas, y características de cada una de
ellas, que tienen un enorme poder para impedir o facilitar los resultados que obtiene
o desea obtener la empresa.
El modelo de
Porter considera cinco fuerzas fundamentales, y a las que considera
competencia, que en su conjunto definen la estructura del sector: clientes,
proveedores, productos sustitutos, competidores actuales y potenciales. Me
parece que, una de las debilidades del modelo es considerar a los clientes como
competidores, según Porter, porque se apoderan de nuestras ganancias
pidiéndonos descuentos. En cuanto a competidores potenciales, debe tenerse muy
en cuenta que, provienen no necesariamente del sector del que somos actualmente
parte; hoy provienen de cualquier otro sector que ni siquiera nos imaginamos.
La pregunta clave
que debemos hacernos, en el marco de este modelo de Porter es: ¿Qué
posicionamiento debemos asumir dentro de una situación competitiva, dada por
las circunstancias planteadas por las cinco fuerzas antes mencionadas? La
posición que asumamos dependerá de la Ventaja Competitiva que hayamos logrado
desarrollar, basándonos en competencias clave de la empresa, en aptitudes
competitivas que no se pueden imitar o muy difícil de hacerlo, y del análisis
astuto del sector al que se pertenece. La Ventaja Competitiva, es un proceso de
la empresa que ejecutamos mejor que cualquier otro competidor.
Buen artículo. !Felicitaciones!
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