Cuando el mercado
tomó mayor importancia, que lo que ocurría y se administraba internamente en la
empresa, como consecuencia de la toma de consciencia por parte de los mismos consumidores individuales y
organizacionales, y de la mayor presencia de la actividad competitiva, se pone
en tela de juicio la eficacia empresarial de continuar haciendo las cosas, siguiendo
el modelo de orientación hacia adentro.
Se comienza a pronunciar cierto divorcio de lo que hacía la empresa y lo que el
mercado demandaba. Se empezó a reconocer la inevitable obsolescencia de los
productos y la saturación del mercado con los mismos productos.
El modelo de la orientación hacia lo externo surgió a
mediados de los años sesenta del siglo pasado y fue formulado por Alfred
Chandler, Igor Ansoff y más tarde por Kenneth Andrews. Este modelo presagiaba
el inicio del pensamiento estratégico, es decir, en que hay un conjunto de
decisiones que van más allá del corto plazo, que tienen que ver con el largo
plazo y dejar de pensar en la continuidad de las actividades de gestión del
pasado. La nueva forma de ver los asuntos empresariales exigía realizar un
profuso diagnóstico del entorno externo e interno, en base a lo cual se debía
diseñar una estrategia para explotar las oportunidades descubiertas.
En este enfoque,
la estrategia es el resultado de un proceso de pensamiento controlado y
consciente, que tiene como propósito asegurar el crecimiento sostenido de la
empresa, haciendo uso de una ventaja competitiva, a través de las respuestas a
preguntas tales como: ¿dónde estamos ahora?, ¿dónde deseamos estar?, ¿cómo
vamos a llegar allí? Es la primera vez que se reconoce que las empresas se ven
asediadas por cambios turbulentos del entorno. Este modelo, requiere
experiencia en dos áreas: 1) Previsión del entorno futuro, con la ayuda de
técnicas y modelos analíticos y, 2) Creación de estrategias apropiadas que
emparejen las oportunidades y amenazas externas con los recursos, las fortalezas
internas y las debilidades de la organización.
Bueno el artículo, hermano!
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