El estratega en sus
inicios se comporta como dice Federico Hegel: “lo que empieza aún no es nada,
pero muestra una tendencia”. En la planificación de su desarrollo laboral, los
ejecutivos que trabajan cumpliendo una labor
funcional, contemplan el deseo de ocupar el más alto cargo de una empresa:
la gerencia general. Pero el enfoque funcional parcial que tiene actualmente no
le basta. Saliendo de un puesto funcional (producción, finanzas, mercadotecnia,
contabilidad), el ejecutivo recién encargado de tareas de gerencia general
usualmente no domina los conceptos, las técnicas y herramientas propias del
manejo en su conjunto de la empresa. Así, se ve obligado a elevar su nivel
profesional, del nivel funcional a otro modo de dirección: el de misión y visión, es decir, al manejo estratégico de la empresa.
He llegado a conocer
a algunos ejecutivos funcionales brillantes, recién promovidos, o que ya tienen
cierto tiempo, al cargo de gerencia general, manejando su empresa como si
siguieran en su cargo funcional del que proceden. Por ejemplo, un ex gerente de
finanzas, sigue viendo la empresa desde esa óptica, porque cree que las finanzas
son la solución a todos los problemas. No siempre saben por dónde empezar
cuando se enfrentan a una situación empresarial compleja, en la que se mezclan
problemas técnicos, económicos, financieros, humanos y coyunturales. No logran
enlazar sus conocimientos funcionales y
parciales para resolver un problema global. Deben aprender y familiarizarse con
otro planteamiento y método de toma de decisiones: el manejo estratégico de la
empresa.
Durante mucho
tiempo se argumentó que bastaba integrar la suma de los conocimientos parciales
para lograr una visión global, a la que llamaban visión de política de empresa,
y así asumir tranquilamente las responsabilidades del más alto nivel en la
empresa. Este era un pensamiento basado, quizás, en la relativa tranquilidad y estabilidad
en la que acontecían los fenómenos económicos y de mercado en general. A
mediados de la década del setenta apareció una disciplina nueva de la ciencia
administrativa: el manejo estratégico de la empresa, la que no es una amalgama
de disciplinas funcionales. Se trata, más bien, de un cuerpo original con
conceptos propios, técnicas particulares y herramientas específicas que, todo
ejecutivo llamado a asumir responsabilidades de gerencia general debería
conocer.
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