¿Conocen o recuerdan
a Iridium? El sistema de comunicación de 66 satélites, fue concebido por la
División de Comunicaciones Vía Satélite de Motorola, con fines principalmente
bélicos. Luego de la segunda invasión a Irak, por George Bush Jr., el sistema
fue vendido, para ser utilizado ya con fines lucrativos, para comercializar
comunicación celular satelital. Inició sus operaciones el 1 de noviembre de
1998 y quebró en agosto de 1999. ¿Cuál fue la causa del fracaso? Iridium empezó
sus operaciones sin una estrategia, si la tuvo sólo la conocía el CEO, que le
diera dirección y sentido a todo su desempeño comercial. Confiados en la
tecnología de punta que significaba en ese momento y que supuestamente bastaba
para hacer grandes negocios, iniciaron actividades sin tener un rumbo.
El caso de Iridium es
un claro ejemplo de la importancia que tiene el hacer uso de una estrategia
empresarial; porque ésta implica la existencia de un objetivo que le da
dirección y sentido a todas las decisiones y actividades que ejecuta una
empresa. Es el objetivo lo que obliga a tomar decisiones, poniendo en
movimiento una enorme cantidad de recursos. Cualquiera sea el obstáculo que se
le presente a la empresa, no se debe dejar de mirar el objetivo; volverlo a
mirar indicará el nuevo camino a seguir hacía él. Lo que tiene que hacerse es estar
atentos para identificar las nuevas tendencias, factores variables, conductas y
creencias que se están manifestando y, a su vez, influyendo considerablemente
en el sector y obstaculizando el negocio de la empresa.
Las fuerzas que dan
forma a las decisiones estratégicas son las circunstancias en las que le ha
tocado dirigir al estratega. Puede llegarse a un mejor entendimiento del
contexto en el que se tendrán que tomar las decisiones estratégicas. Define el
contexto, las circunstancias externas que comprende los
macro factores: demográficos, económicos, sociales, culturales y
político-legales; y, también los micro factores: consumidores, proveedores,
acreedores, sistemas de distribución y competencia. Pero, el estratega toma
decisiones teniendo como marco sus circunstancias internas: sus conocimientos,
experiencia, valores, criterio y carácter. Es la inteligencia emocional del
estratega la que facilita que su inteligencia académica se torne efectiva.
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