Es posible equivocarse en la premura de las acciones competitivas, pero es de torpes insistir en el error cometido, cuando la realidad de los resultados nos está indicando que nuestros cálculos y decisiones estuvieron equivocados.
Se verán temas relacionadas con la estrategia empresarial, las decisiones estratégicas, y su relación con las herramientas operacionales.
domingo, 31 de diciembre de 2017
domingo, 24 de diciembre de 2017
Navidad y Estrategia
Para todos aquellos que leen mi blog, les deseo una Feliz Navidad y exitoso año 2018. Que sigan recibiendo las protecciones y orientaciones de Dios. Un fuerte abrazo.
martes, 12 de diciembre de 2017
Otros aportes de M. Porter a la estrategia empresarial
La teoría y enfoque que empezaron desarrollando Chandler, Ansoff y
Andrews, fue excelentemente continuada por Porter, un economista de la
universidad de Harvard; empezó estudiando los diferentes sectores industriales
y lo que hacían las empresas que los integran, para mantenerse en él o
desarrollar. Aparte del Análisis de las Cinco Fuerzas y el Posicionamiento
Estratégico, hizo otros aportes fundamentales en este asunto de la estrategia
empresarial: su concepto de “estrategias genéricas”, de las cuales existen tres
(liderazgo en costos, diferenciación y enfoque); y su discusión acerca de la
“cadena de valor”, que viene a ser una manera de descomponer y clasificar las
actividades de una empresa.
Las Estrategias Genéricas. Parece ser que, Porter se inspiró en un
artículo de Wendell Smith, “La diferenciación del producto y la segmentación de
mercado como estrategia de marketing alternativo”, publicado en 1956, para
desarrollar su teoría sobre las tres estrategias. Este artículo menciona dos de
las estrategias genéricas: diferenciación y segmentación de mercado (enfoque).
Porter le agregó “liderazgo en costos”. “La diferenciación”, tal como la
entiende Wendell Smith, consiste en la estrategia de ofrecer productos
radicalmente nuevos (V.gr. iPod). El “liderazgo en costos”, se basa en la
excelencia operativa, en la eficiencia. “El enfoque” radica en la segmentación,
segmento (s) elegido (s) a ser atendido (s).
La Cadena de Valor. Esta herramienta, conceptúa a la empresa como un enorme
conjunto de actividades que, se justifican porque agregan valor a los productos
o servicios que ofrece y brinda la empresa. Las actividades pertenecen a algún
proceso, que puede ser parte de los procesos primarios o esenciales, o de los procesos
auxiliares o de apoyo. Los procesos primarios o esenciales comprenden:
logística de entrada, operaciones, logística de salida, marketing y ventas, y
servicios. Los procesos auxiliares o de apoyo comprenden: aprovisionamiento,
desarrollo de tecnología, gestión de recursos humanos, e infraestructura de la
empresa. De lo que se trata es de identificar en qué proceso podemos mejorar
las actividades, de manera que agreguen valor a menor costo.
miércoles, 6 de diciembre de 2017
Aportes de Michael Porter a la Estrategia Empresarial
Según Michael Porter, “la esencia de la formulación de la estrategia es
adecuarse o adaptarse a la competencia.” Como puede apreciarse, este enunciado limita la actividad competitiva al “adaptarse o adecuarse”; no considera la
estrategia como un camino para hacer algo radicalmente nuevo, que se base en
una idea disruptiva, que dé como resultado algo innovador, como sí lo propone
la “estrategia del océano azul”. Los japoneses le llaman a esto: “la mejor
forma de competir, es no competir”. Sin embargo, no puede dejarse de reconocer
los aportes de Porter; son principalmente dos: el análisis de las cinco fuerzas
competitivas, y el posicionamiento estratégico.
El Análisis de las Cinco Fuerzas, también conocido como el rombo de la
competitividad, considera que, en la batalla por participar en el mercado, la
competencia no sólo se manifiesta por la contraparte. La competencia en una
industria está enraizada en su economía fundamental, y existen fuerzas
competitivas que van más allá de las otras empresas establecidas en una industria
en particular. También se suman clientes, proveedores, participantes
potenciales y productos sustitutos. La situación de competencia en una
industria depende de cinco fuerzas. Observación: nos puede traer graves problemas
tratar a los clientes como competidores. Con los clientes no debemos rivalizar,
sino armonizar con sus deseos.
El Posicionamiento Estratégico pone mucha atención a que, cualquiera que
sea su fuerza colectiva, la meta del estratega corporativo consiste en
encontrar una posición en la industria donde su empresa pueda defenderse mejor
contra las cinco fuerzas o pueda ejercer influencia en ellas para que le sea
favorable. El efecto conjunto de estas fuerzas puede, en apariencia, ser
doloroso para todos los concurrentes; no obstante, para adaptarse a ellas el
estratega debe explorar bajo la superficie y analizar el origen e impacto relativo
de cada fuerza. En todo sector económico se puede elaborar un perfil de éxito. La
empresa que se aproxime más a ese perfil, en cuanto a capacidades, explotará
mejor las oportunidades.
lunes, 27 de noviembre de 2017
Conclusiones sobre la evaluación de la estrategia
¿Qué tipo de tarea es la que se encarga de la evaluación de la
estrategia, es intelectual, objetiva, subjetiva? Definitivamente, debemos
reconocer que, los aspectos que comprende la evaluación de la estrategia tienen
que ver con el poder y la autoridad; entonces, la evaluación debería empezar en
la alta gerencia, en la cabeza de la organización. Esto explica la razón por la
cual las empresas emprenden, rara vez, una evaluación explícita y formal,
quizás por el temor de que quede al desnudo los errores o decisiones
defectuosas que se tomaron en la alta gerencia. En tal sentido, la evaluación
de la estrategia no es tanto una tarea intelectual, sino propiamente un proceso
organizacional.
¿Con qué tipo de decisiones y acciones está relacionada la evaluación de
la estrategia? Como proceso, la evaluación de estrategia es el resultado de
actividades y eventos que guardan una estrecha relación con los sistemas de
control y recompensas de una empresa, así como con sus respectivos sistemas de
planeación e información, con su historia y cultura particulares. De esta
forma, su desempeño está en la práctica integrado más directamente con la
responsabilidad y calidad de la administración estratégica de la compañía, que
con cualquier otro esquema analítico en especial. La cultura de la empresa,
¿qué tanto reconoce, fomenta y premia la importancia que se le debe dar a la
evaluación de la estrategia?
Hoy más que nunca, por tratar de conservar la posición competitiva
ganada, la evaluación de la estrategia constituye una tarea fundamental, por
cuanto el entorno en el que se desempeña la empresa es de rápidos cambios y de
agresiva competencia. La calidad de la evaluación puede quedar asegurada por la
presencia de gerentes que sean capaces de mantener un enfoque dual en sus
acciones: de misión y de visión; y, deben de ser capaces de, percibir la
estrategia dentro del contexto de la actividad diaria, así como poder elaborar
y mantener estructuras y sistemas que hagan de los factores estratégicos el objeto
de toda actividad ordinaria: se evalúa con el único propósito de mejorar o
innovar.
miércoles, 22 de noviembre de 2017
La factibilidad de la estrategia
La última prueba general de la estrategia es su factibilidad. ¿Puede llevarse exitosamente a cabo la estrategia con
los recursos físicos, tecnológicos, financieros y humanos de los que dispone la
empresa? Se tiene que evaluar si lo que contempla la estrategia es factible
técnicamente; ésta incluye los recursos físicos, tecnológicos y humanos; y,
también si es factible económica y financieramente; no hay otra manera de medir
las probabilidades de éxito de la estrategia. Los recursos económicos y
financieros de un negocio son los de más sencilla cuantificación y, por lo
general, constituyen la primera limitación con que se tiene que medir la
estrategia.
Tres preguntas clave que permiten medir la capacidad de una empresa:
1. ¿Ha demostrado la organización que tiene habilidades (recurso humano)
de resolución de problemas y los niveles de competencia que requiere la
estrategia? La estrategia, como tal, no puede especificar en detalle cada una
de las acciones que han de realizarse. Su propósito consiste en darle una
estructura organizacional a la empresa, que le permita alcanzar sus metas y la
manera de adaptarse a su medio ambiente.
2. ¿Ha demostrado la organización el grado de habilidad coordinadora e
integradora (liderazgo) necesaria para emprender la estrategia? Las labores
principales que exige una estrategia no sólo requieren de habilidades
especializadas, sino a menudo reclaman una gran capacidad dentro de la
organización para dirigir, orientar, guiar, apoyar, y una gran capacidad para
integrar actividades dispares (formar equipos altamente competitivos y
armonizar el desempeño de los mismos).
3. ¿Representa la estrategia un desafío y una motivación para el
personal clave, y aceptada por quienes han de brindar su apoyo? El propósito de
la estrategia es el de desplegar de modo efectivo los recursos, singulares y
distintivos, de una empresa. Si a los gerentes importantes no los convence la
estrategia, si las metas que plantea no los estimulan, como tampoco sus
métodos, la estrategia fracasará en forma rotunda.
lunes, 6 de noviembre de 2017
La superioridad de la estrategia
Quizá suene a verdad de Perogrullo decir que, el elemento clave de una
estrategia empresarial exitosa, es basarse en una ventaja competitiva. La estrategia
empresarial es el arte de generar o explotar aquella ventaja competitiva que se
pone de manifiesto a través de uno o varios procesos de la empresa, que son los
más notables, eficaces, duraderos y difíciles de imitar. La ventaja competitiva
es algo que la empresa ejecuta mejor que cualquier otro competidor; no es algo
visible, como lo es un punto fuerte de la empresa (tecnología, calidad de
insumos, capacidad económica o financiera, infraestructura en general). La
empresa logra la superioridad únicamente a través de una ventaja competitiva.
A diferencia de la administración, la estrategia competitiva se centra
en las diferencias entre las empresas, en vez de interesarse por sus misiones
comunes. La interrogante que responde no es tanto “¿cómo puede desempeñarse
este proceso?”, sino “¿cómo es que nosotros podemos desempeñarlo mejor que, o
cuando menos, en lugar de nuestros rivales?”. Un ejemplo clásico, muy conocido,
es la cadena de supermercados que hoy impera en el comercio detallista que,
usando una estrategia genérica exitosa, como una nueva forma de hacer negocios
y de organizar transacciones económicas, ha logrado reemplazar, en los países
desarrollados, a casi todas las bodegas de barrio tradicionales.
Por lo común la superioridad competitiva procede de una de tres fuentes:
1) procesos superiores, 2) habilidades superiores y 3) posición superior. La naturaleza
de la superioridad que producen las dos primeras resulta evidente. Representan
la habilidad de una empresa para hacer más o mejores cosas que sus
competidores. Aquí, el punto crítico de análisis es el relativo a qué procesos
y habilidades corresponden a qué ventaja competitiva, que se tornan en
superioridad, y en qué ámbito de competencia. La superioridad posicional puede
ser obtenida mediante previsión, habilidades y esfuerzos inteligentes
superiores. Ya obtenida, una buena posición siempre es defendible.
martes, 31 de octubre de 2017
La consonancia en la estrategia
¿De qué manera se relaciona la empresa con su medio ambiente? La forma
de relacionarse presenta dos aspectos, aparentemente contradictorios: la
empresa deberá adaptarse adecuadamente con su medio ambiente y al mismo tiempo
tendrá que competir con otras empresas que a su vez se esfuerzan por adaptarse,
para ganarse la confianza del mercado. Si la empresa ha aprendido a adaptarse
adecuadamente, puede que se sienta más en sintonía con el mercado; en este
sentido, no lograr adecuarse no le reportaría ningún beneficio. Se podría
pensar que, si la empresa se adecua demasiado bien, nunca intentará introducir
mejoras e innovaciones en sus productos y servicios. Pero, en realidad, la
empresa puede adaptarse y continuar buscando un cambio simultáneamente.
El primer aspecto de la adaptación adecuada tiene que ver con la misión
básica o alcance de la empresa, y el segundo se relaciona con su posición
competitiva o “situación”. Por lo general, el análisis de la adaptación
adecuada se realiza mediante la observación de los cambios económicos y
sociales a lo largo del tiempo. Por el contrario, el análisis de su capacidad
competitiva, se concentra casi siempre en las diferencias existentes entre las
empresas, en cuanto a qué hacen y cómo se lo ofrecen al mercado, en un momento
dado. Lo que hace la empresa se desprende de su misión, y la forma cómo lo
ofrece al mercado, tiene que ver con su capacidad competitiva; entonces, cuanto
más adecuada la empresa a las necesidades del mercado, menos esfuerzo
competitivo necesitará.
Por consiguiente, la noción de consonancia, o enfrentamiento, invita a
concentrarse en la estrategia genérica. En este caso la evaluación consistirá
en examinar el patrón básico de las relaciones económicas que caracterizan al
negocio y en determinar si en efecto se está generando un valor suficiente como
para sostener la estrategia. Por ejemplo, la profundización en el desarrollo y
producción de los autos eléctricos permite pronosticar que, de aquí a 30 años,
ya no circularán autos que usen baterías tradicionales. El mensaje básico aquí
presente, para quienes fabrican baterías es uno que señala que sus estrategias
genéricas se están volviendo obsoletas, en particular si su área de
especialidad es exclusivamente de baterías. La amenaza no es sólo para una
empresa en particular, sino para la misión genérica.
lunes, 23 de octubre de 2017
La consistencia en la estrategia
En muchas empresas se habla de cosas respecto a lo que la empresa
es y lo que quiere llegar a ser. Sabemos que, una empresa es lo que hace, no lo
que dice que es. Por ejemplo, está de moda, por la enorme influencia que hoy
tiene el marketing, decir que la empresa tiene una orientación hacia el cliente; así lo tiene escrito en su misión.
También se tiene “implantada” la política de la calidad total, incluido el servicio.
El asunto es si realmente lo aplican en la práctica tal como se pregona, y no
existe ninguna inconsistencia que pueda afectar la estrategia. Esta
inconsistencia se pone de manifiesto cuando la estrategia no se ha formulado en
forma explícita, sino que ha ido evolucionando y adecuándose a lo que el
mercado está exigiendo, y que no se contempló desde un inicio en la estrategia.
La inconsistencia en la estrategia no es sólo un error en el
planteamiento lógico de la misma. Una función clave de la estrategia es la de
dar coherencia a las actividades de la organización. Un concepto bien claro de la
estrategia tendrá como resultado un clima de coordinación que resultará ser más
eficiente que otros mecanismos administrativos. Por ejemplo, las empresas de
alta tecnología se enfrentan a una disyuntiva estratégica entre ofrecer
productos de alto costo con gran contenido de sofisticaciones de ingeniería, y
ofrecer productos de bajo costo con especificaciones estándar y que se venden
en mayor cantidad. Si la administración no determina consistentemente dónde se
ubica la empresa con relación a estos asuntos, se producirá un conflicto entre el
diseño, la ingeniería la manufactura y las ventas.
La consistencia y
claridad de la estrategia facilita la eficaz acción de la empresa y le reduce o
elimina futuros conflictos comerciales. Por ejemplo, les permite a los agentes
de ventas negociar un contrato con un mínimo de consulta y coordinación, porque
están en condiciones de tomar correctas decisiones, en base al conocimiento que
tienen de, hacía dónde apunta la empresa; así, la retribución económica a la
empresa será consecuencia de la posición asumida por ésta. La consistencia y
claridad evita los conflictos organizacionales y las disputas
interdepartamentales que, comúnmente repercuten de manera negativa en la
actividad comercial de la empresa. Ahora bien, hay que reconocer que los
conflictos y las disputas son síntomas frecuentes de un desorden
administrativo, por falta de consis
jueves, 12 de octubre de 2017
Principios de la evaluación estratégica
De manera
concreta y explícita, ¿cuál es el contenido conceptual de una estrategia? Una
estrategia es un conjunto de objetivos, políticas y planes que, considerados en
conjunto, definen la misión, la visión y el alcance de la empresa, así como su
modalidad de funcionamiento elegida, que le permita obtener éxito en tres
situaciones distintas, en las que le puede tocar desempeñarse: de sobrevivencia,
de crecimiento y desarrollo rentable. De otro modo, se puede afirmar que las
políticas, planes y los objetivos particulares de una empresa expresan su
estrategia que le permita interactuar, de manera exitosa, dentro de un ambiente
complejo y altamente competitivo. Hoy, hay que agregar a este ambiente, la
rapidez con la que se producen los cambios en él, producto de un mayor uso de
la innovación.
La ciencia se
basa en un principio fundamental que señala, claramente que, una teoría jamás
podrá comprobarse y tenerse como absolutamente verdadera. Sin embargo, sí se
puede declarar una teoría como absolutamente falsa si se resiste a las pruebas.
De modo similar, es imposible demostrar como conclusión que una estrategia
específica de negocios es óptima o incluso garantizar que funcionará, no
obstante, es pertinente someterla a prueba para determinar sus omisiones
principales. En artículo anterior se dijo que, una estrategia puede haber sido
brillantemente diseñada, pero su pésima ejecución, con muchas omisiones
prácticas, la llevará inevitablemente al fracaso. El saber lo que debe hacerse y cómo hacerlo, es clave en la ejecución
práctica de una estrategia.
Entre las muy
diversas pruebas a las que puede someterse una estrategia de negocios, se puede
distinguir los siguientes criterios generales:
Consistencia.
La estrategia no deberá presentar metas ni políticas inconsistentes entre sí.
Consonancia.
La estrategia deberá representar una respuesta adaptativa al medio ambiente
externo, así como a los cambios relevantes que en él ocurren.
Ventaja.
La estrategia deberá facilitar la creación o preservación de la superioridad
competitiva en el sector de actividad elegido.
Factibilidad.
La estrategia no deberá agotar los recursos disponibles y tampoco generar
problemas irresolubles.
miércoles, 27 de septiembre de 2017
Los retos de la evaluación de estrategias
Por sentido
común, sabemos que, la estrategia de una empresa no puede considerarse
separadamente de sus intereses y cultura. En toda empresa existen no sólo
razones económicas, también las hay culturales, muy arraigadas en su manera de
proceder, particularmente, en su manera de enfrentar y solucionar problemas.
Dentro de su cultura, es necesario indagar, por ejemplo, ¿cómo consideran el
control y la evaluación? ¿Qué práctica, al respecto, se ve en la alta gerencia?
Así como tiene que haber respeto por la dignidad de los miembros de la empresa,
también debe haber severidad cuando sea necesario. Pero, ¿cómo se entiende la
severidad? El estratega es verdaderamente severo, cuando él respeta las
políticas y normas de la empresa y las hace respetar; para ello, es necesario
evaluar.
De acuerdo a
Richard Rumelt, una correcta evaluación de las estrategias de negocios
contempla respuestas a las cuatro preguntas siguientes:
1.
¿Son adecuados los
objetivos del negocio?
2.
¿Son adecuados los
planes y las políticas principales?
3.
Las capacidades de la
empresa, ¿igualan a las oportunidades que se han decidido explotar?
4.
Los resultados
obtenidos hasta ahora, ¿confirman premisas en las que se apoya la estrategia?,
¿o las refuta?
Formular
respuestas apropiadas a estas preguntas no resulta ser un proceso sencillo ni
directo. Para lograrlo se requiere de una acumulación significativa de
conocimiento situacional, de haber hecho un profundo y serio diagnóstico, y de
un amplio grado de agudeza intelectual. En concreto, los puntos importantes que
el estratega debe confrontar, y que hacen de la evaluación un difícil proceso,
son los siguientes:
·
Cada estrategia de
negocios es única y original.
·
La estrategia está
dedicada como prioridad a la consecución de objetivos y metas.
·
Los sistemas formales
de revisión de estrategias, que en principio son llamativos y despiertan
interés, pueden generar situaciones conflictivas en verdad explosivas.
viernes, 22 de septiembre de 2017
Evaluación de estrategias
Una vez
elaborada la estrategia, por el estratega con la participación de su grupo de
asesores y su equipo gerencial, ¿hay que dedicarse sólo a aplicarla con
serenidad y persistencia? ¿Se debe mantener la estrategia intocable e intacta
en su original concepción? Según, Richard Rumelt, “Sin un proceso de evaluación
de estrategia, no puede ser formulada una estrategia, ni tampoco ajustada a las
circunstancias cambiantes, ya sea que tal análisis lo lleve a cabo un
individuo, o que forme parte de un procedimiento organizacional de revisión.”
La formulación de la estrategia, se hace tomando como insumo la información y
conocimiento que se obtuvo sobre las circunstancias en las que se encuentra el
sector y el mercado que atiende la empresa; no debe dejarse de lado que, las
circunstancias son externas e internas.
Para muchos
estrategas, la evaluación de estrategia es tan sólo una simple estimación de
qué tan bien está desempeñándose un negocio. ¿Ha logrado crecer? ¿Ese
crecimiento es igual o por encima del crecimiento del mercado? El crecimiento
logrado, ¿ha permitido mejorar su posición en el mercado? ¿Ha mejorado su
margen de ganancia? Si las respuestas a estas preguntas son afirmativas se acepta
y concluye que la estrategia de la empresa ha sido la adecuada. Este tipo de
razonamiento olvida el objeto mismo de la estrategia, que los factores críticos
expliquen la calidad de los resultados actuales; sin embargo, tales factores no
siempre pueden observarse de manera directa ni son susceptibles de medición, y
que cuando las amenazas afecten los resultados, sea demasiado tarde.
Por tanto, la
evaluación de las estrategias constituye un esfuerzo por mirar, a corto plazo,
más allá de los hechos obvios en relación a la capacidad, a corto plazo, de la
empresa; esta capacidad puede haberse visto debilitada por algún fenómeno de
gestión y dirección imprevisto (cambio de liderazgo en la cúpula, por ejemplo),
lo que resta potencia y fuerza para lograr los objetivos planteados. También
debe observarse y valorar los factores y tendencias fundamentales que gobiernan
cualquier éxito en el campo de acción elegido. ¿Se mantienen las mismas
tendencias consideradas en la elaboración de la estrategia, o han sufrido un
cambio, o han aparecido otras de mayor impacto en los resultados esperados? La
aparición de lo nuevo, no siempre es visible, antes de causar estragos.
martes, 12 de septiembre de 2017
Cómo armonizar la oportunidad y la capacidad competitiva
Al final de
cierta batalla que libró el ejercito de Napoleón, en la que salieron
victoriosos, el mariscal Ney le dijo a Bonaparte: “hemos tenido suerte”.
Napoleón le contestó: “¿suerte? La suerte no es más que la excelente
combinación de la capacidad y la oportunidad; nunca lo olvide”. En las
empresas, el estratega toma decisiones, plantea estrategias, para tener éxito
en todo lo que hace, sin esperanzarse a la suerte, sino en sus propias
decisiones y acciones; para lograrlo, necesita tener una visión amplia, con una actitud
restringida: visión amplia, es la visión de conjunto de la situación del mercado y competitiva; restringida, es
actuar de manera enfocada en algo
específico dentro del conjunto. Parece contradictorio “lo amplio y
restringido”; en todas las cosas y fenómenos empresariales, es así.
Para actuar de manera enfocada, disminuyendo el margen de opciones que se expanden por medio de
la identificación imaginativa de nuevas posibilidades, hay que cruzar la
oportunidad y la capacidad competitiva una vez que cada una de ellas ha sido
definida de manera adecuada y que su rentabilidad futura ha sido calculada.
Este cruzamiento de la oportunidad y la capacidad es la que
permite establecer la misión económica de una empresa, así como su posición competitiva.
Tal combinación está diseñada para minimizar las debilidades organizacionales y
para maximizar los puntos fuertes o atributos competitivos. Y cuando la
oportunidad parece superar la capacidad competitiva, habrá de evaluar la
disposición a arriesgarse a que ésta logre igualar, mejor superar, la
oportunidad.
No basta con
ejercer el acto creativo de conjuntar la capacidad interna de una empresa, y la
evolución de las oportunidades; antes habrá de señalar que, aparte de la
capacidad competitiva, los principales recursos en cualquier empresa son las
personas (los técnicos y administradores) y el capital; hasta fines de los años
70s, el orden de importancia era al revés. En una etapa avanzada de desarrollo
económico, el dinero parece ser un problema menor y la competencia tecnológica uno
mayor, y esta última parece menos crítica que la habilidad administrativa. Sin
embargo, no debe suponerse que la capacidad administrativa puede salir siempre
victoriosa. Un estratega puede ser muy brillante en determinado sector, pero un
fiasco en otro sector que demanda habilidades distintas al sector en el que fue
exitoso.
miércoles, 6 de septiembre de 2017
¿Para qué sirven los puntos fuertes?
Según Kenneth
R. Andrews, “la habilidad o capacidad distintiva de una organización es mucho
más de lo que ésta puede hacer, es lo que puede hacer particularmente bien.”
Esta habilidad de hacer las cosas particularmente bien, se traduce y presenta
en forma de ventajas diferenciales en
algunos de los distintos productos y servicios que produce y/o presta la
empresa. Para identificar los puntos fuertes menos obvios o puntos fuertes
derivados de un producto de una empresa, que bien pudieran ser susceptibles de
transferirse a alguna oportunidad nueva más rentable, se puede empezar por
analizar la línea de productos vigente en la empresa y definir los beneficios
que el mercado percibe en ellas. Esta idea es importante porque tenemos que
partir de haber identificado, ¿qué compran los clientes?
La clave del
asunto, la consideración esencial para concebir y elaborar la estrategia
empresarial está en, ¿cómo define la organización un producto?: como un
conjunto de características técnicas, como un conjunto de ventajas o como un
conjunto de beneficios. La definición de “producto” que llevaría a la
identificación de habilidades transferibles expresadas en términos de
beneficios que podrían satisfacer necesidades del mercado, es mucho más
efectiva que hacerlo haciendo referencia a las especificaciones de ingeniería o
técnicas que lo conforman. Hay que tener presente que, la parte explícita de la
estrategia empresarial tiene que referirse a la oportunidad descubierta en el mercado objetivo o segmento elegido;
las capacidades de la empresa para
tener éxito, quedan como la parte implícita de la estrategia.
La intuición que se requiere para
identificar el punto fuerte esencial que justifica nuevas pautas de acción no
surge de manera natural. Tal vez se pueda generar a través de la práctica
serena y persistente del análisis. En cualquier caso, no ha de limitarse a ver
sólo la capacidad de la empresa para inventar y lanzar con éxito nuevos
productos. Para muchas empresas no les es factible el liderazgo en productos,
de tal manera que el lanzamiento de nuevos productos no sea la única vía de
acceso a nuevas oportunidades. Otras alternativas son la atención y el
servicio, nuevos método o canales de distribución, nuevos valores en
combinación de calidad y precio, la calidad de la relación con los clientes, la
promoción creativa. La empresa tiene que descubrir lo que le permita “marcar la
diferencia”.
miércoles, 30 de agosto de 2017
Fuente de las capacidades empresariales
Las fortalezas
o, los puntos fuertes de una empresa, que constituyen un recurso fundamental
para el crecimiento sostenido y la diversificación se enriquecen,
principalmente, como consecuencia de la experiencia adquirida por la fabricación
y comercialización de una línea de productos o la prestación de un servicio.
También debe considerarse, a) los puntos fuertes y las debilidades en
desarrollo de cada uno de los individuos que integran la empresa, b) el grado
en que la capacidad individual es eficazmente aplicada a la labor de conjunto,
y c) la calidad de coordinación entre el esfuerzo y trabajo en equipo y el
individual.
La ejecución
exitosa de una estrategia empresarial, centrada alrededor de un objetivo de
crecimiento, facilita la adquisición de experiencia que puede, de manera
sorpresiva, provocar el desarrollo de capacidades que son susceptibles de
aplicarse para diversos fines. La calidad total nos ha enseñado que, una
empresa es de calidad porque tiene integrantes de calidad, no es al revés; en
tal sentido, es un asunto del personal, de qué tan capaz sea, intelectual y
emocionalmente. Entonces, una empresa será exitosa en la ejecución de sus
estrategias, si tiene gente acostumbrada a lograr con cierta frecuencia éxitos
personales. He aquí el significado de la ejecución: de nada vale que una
estrategia haya sido brillantemente concebida, si quienes la ejecutan no están
en capacidad de transformarla en éxito.
Incluso donde
la habilidad para explotar una oportunidad se nutre con la experiencia del
personal que integra la empresa, tanto en su sector como en campos afines, el
nivel de dicha habilidad puede ser muy bajo como para que se depositen en ellas
grandes expectativas, respecto a nuevas oportunidades. Para explotar
rentablemente las oportunidades de negocio recientemente descubiertas, se
necesita igualar las capacidades de la empresa a dichas oportunidades, de lo
contrario, será otra empresa competidora quien la explotará. Por eso se dice:
no es que se pierda la oportunidad, otro se aprovechará de ella. Bajo estas
consideraciones cobra sentido la mejora continua, si la empresa es líder en su
ramo; o la reingeniería si no lo es, y pretende serlo.
jueves, 24 de agosto de 2017
Consideraciones de una planificación estratégica efectiva
Toda empresa formalmente
establecida, ¿posee algún atributo clave (fortaleza)? Definitivamente sí, de lo
contrario no podría mantenerse en el mercado. Los atributos clave deben ser
identificados y valorarse, a la vez que deben plantearse criterios consistentes
para juzgarlos. Durante la era industrial, de comienzos del siglo pasado, hasta
mediados de la década del 70, General Motors fue una empresa que poseía mucho
dinero o poseía fuentes accesibles para conseguirlo; con ese dinero, adquiría
empresas en problemas económicos y las transformaba en empresas exitosas. En la
era post industrial actual, en el reinado de la TICs, es Cisco System la que
adquiere empresas, no en problemas, sino emergentes con nuevas tecnologías. Una
cosa es poseer algún recurso clave y
otra hacer con ello algo exitoso y
rentable.
Si
concentramos la atención en las estrategias, en las políticas, y en las
prácticas del pasado de la empresa, en el contexto de la discrepancia entre las
metas de la organización y su logro, es posible obtener valiosa información
para la planeación estratégica de un estratega en particular. La valoración de
las fuerzas y debilidades asociadas con el logro de los objetivos específicos
se convierte en “un vínculo clave en el ciclo de retroalimentación” (Stevenson;
1976), lo cual permite al estratega aprender de los éxitos o fracasos de las
políticas que implantaron en el pasado. Lo que no se puede dejar de lado es
que, el ambiente actual cambia rápidamente, lo que obliga al estratega a tener
un ojo siempre puesto en las nuevas tecnologías que pueden aparecer, y que
podrían dejar sin vigencia un atributo clave actual.
No existe,
hasta el momento, una manera sistemática de desarrollar o emplear dicho
conocimiento y que nos libere de los estragos que pueden ocasionar la aparición
disruptiva de ideas, enfoques y tecnología. De hecho, los miembros de la organización
elaboran juicios acerca de lo que la empresa puede realizar especialmente bien,
lo que hoy se conoce como ventaja competitiva. Si es posible llegar a concebir una
ventaja competitiva, la empresa podrá entonces estimar su aplicación a una
determinada oportunidad. En el caso de G.M., poseer mucho dinero, era su
fortaleza; su ventaja competitiva, convertir empresas-problema, en exitosas. La
fortaleza de Cisco System, también es el dinero; su ventaja competitiva, saber
aplicar esas nuevas tecnologías, de manera integrada con sus otros negocios. (Tomado de Mintzberg; Planeación estratégica)
miércoles, 16 de agosto de 2017
Humildad para reconocer capacidades de la empresa
¿Qué es lo
primero que haría usted, como cabeza de una organización, si ha identificado
una gran oportunidad de negocio entre varias que descubrió? La misma, se pinta
muy atractiva en términos económicos. Ya se dio cuenta usted que, logrará
explotarla convenientemente si ejecuta acciones con excelencia. El buen sentido
parece indicar que, lo primero que tiene que hacer para validar una elección
tentativa entre varias oportunidades consiste en determinar si su organización está
en capacidad de emprenderla con éxito. La capacidad de una organización es su
habilidad, actual y potencial, de llevar a cabo, en contra de la competencia y
la oposición circunstancial, lo que se ha propuesto realizar. El solo deseo de
tener éxito no basta; tienen que haber capacidades que conviertan el deseo en
realidad.
No se está
diciendo nada nuevo cuando se afirma que, toda organización posee puntos
fuertes y débiles, actuales y potenciales; lo curioso es que no siempre el
estratega de la empresa es consciente de ellas, o las subvalúa o las
sobrevalora. Ser objetivo en cuanto a reales capacidades de la empresa, no es
únicamente un asunto de calidad intelectual del estratega; comprende, también,
conocer las capacidades de quienes ejecutarán la estrategia. Dado que, al
formular la estrategia es prudente extender o maximizar las fuerzas y disminuir
o minimizar las debilidades, resulta importante determinar en qué consisten, y
distinguir con claridad unas de otras. El estilo de liderazgo del estratega es
determinante para que sus colaboradores pongan de manifiesto todo su potencial,
y se exprese en resultados.
Una empresa
tiene la misma posibilidad de conocer sus fuerzas y limitaciones y de mantener
una constante y adecuada observación del medio ambiente en el que opera. Aunque
lo primero conlleva mayor dificultad, la subjetividad, la falta de confianza y
rehusarse a enfrentar la realidad pueden dificultar el que las empresas, tanto
como sus integrantes, lleguen a conocerse. Pero, así como es esencial, aunque
difícil, que una persona madura logre alcanzar un adecuado conocimiento de sí
misma, es igualmente necesario que una organización pueda identificar con la
mayor precisión posible su principal punto fuerte y su vulnerabilidad crítica.
Muchas veces el ego y la soberbia del “brillante” estratega opacan su capacidad
de tomar correctas decisiones en este sentido.
lunes, 7 de agosto de 2017
Interrogantes sobre su sector económico
En el año
2001, Dell Computer, en plena recesión de la economía estadounidense y crisis
de las empresas punto.com, en las que se incluían a los fabricantes de hardware
y software para PC, aumenta su participación de mercado con el uso de una estrategia
brillante, en medio de la debacle de sus competidores, como HP, Compaq, IBM y
otras. Pero, en el 2003, Dell se opacó y HP le arrebató el liderazgo del
mercado, con la profundización de la producción y uso de laptop; una demanda
creciente y oculta que Dell había descuidado. Para una empresa que no haya
determinado qué es lo que su estrategia exige que se conozca o que no se haya
dedicado a la vigilancia sistemática de los cambios que acontecen en su medio
ambiente, sus probabilidades de competir exitosamente, son bien escasas.
Esta
experiencia de Dell Computer y otras corporaciones que pasaron por experiencias similares,
ponen de manifiesto la necesidad de vigilar o monitorear el mercado para
descubrir lo que se está manifestando en él, pero que aún no logra ver el común
de la gente. Unas cuantas preguntas que deben hacerse constantemente permitirán
hacer notorias las oportunidades y las amenazas. Al analizar su propia empresa
o a aquella que usted está asesorando, estas preguntas deberían conducirlo a
una estimación de la oportunidad y el riesgo en el presente, y una predicción
del escenario futuro de la compañía. Para tal fin, hoy contamos con la poderosa
técnica de la “prospectiva tecnológica”. ¿Qué preguntas debemos hacernos?
·
¿Cuáles son las
características de índole tecnológica, económica y financiera del sector en el
cual participa la empresa?
·
¿Cuáles son las
tendencias en las que se avizoran cambios futuros que tendrán impacto en las
características técnicas y económicas del sector?
·
¿Cuál es el grado de
rivalidad de la competencia tanto dentro del sector como con otros sectores que
se podrían tornar en sustitutos?
·
¿Cuáles son los
requisitos para una competencia exitosa dentro del sector?
·
Dados los cambios
técnicos, económicos, sociales, políticos y ecológicos que están más
directamente relacionados con el sector, ¿cuál es el margen de maniobra
estratégica de que dispone cualquier empresa en este sector?
lunes, 31 de julio de 2017
La actitud ante el entorno cambiante
Tal como el
ser humano ha diseñado nuestra vida civilizada, haciendo uso de su libre
albedrío y criterio, tiene que aceptar que, las crisis, en forma de recesiones,
inflaciones, burbujas económicas y otras, son ya parte constitutiva del sistema
económico que consideramos el “menos malo”. Por tanto, no debe sorprendernos la
presencia de estas “crisis” cada cierto tiempo; lo que sí es nuevo es que, cada
vez las vivimos con mayor frecuencia, y con una duración que supera ampliamente
cuando acontecían hasta la década del setenta. Sin embargo, hoy en día, hay
algunos estudiosos del comportamiento humano que nos dicen: “No hay crisis, hay
cambios y quien no acepta los cambios entra en crisis”. Personalmente, me inclino
por este enfoque, que tiene que ver con la ambición y “la mente del estratega”.
Nunca será
posible conocer en un cien por ciento la causa de los cambios, a veces
radicales, en las tendencias económicas, políticas, socio-culturales, técnicas y
ecológicas, así como las posibilidades de éxito para el trabajo del estratega
de una empresa; de allí el nombre de empresa “de capital de riesgo”. Algunas
tendencias se muestran más fáciles de comprender y de cuantificar sus efectos,
por su relativa lentitud con la que cambian. La magnitud y frecuencia del cambio
de estas tendencias conducirá a diferentes expectativas del papel que las
empresas deberían desempeñar. En este sentido, las empresas no podrán cumplir
su misión, sólo con el uso eficiente de sus recursos; principalmente, será
necesario la efectividad, que será
posible por el grado de sensibilidad y criterio del estratega hacia el entorno.
De alguna
forma u otra, el cambio afecta a todas las estrategias, por más originales y
brillantes que estas sean. Una empresa tendrá éxito en el logro de su
crecimiento sostenido, año a año, si es que ha aprendido a responder a los
cambios que acontecen en el entorno, y a la variedad de interrelaciones que
involucran las tendencias anteriormente mencionadas. Si los cambios que operan
en el medio ambiente destruyen y generan oportunidades de negocio, se impone,
entonces, la capacidad de desarrollar la planeación inteligente, y el poseer
conocimientos profundos sobre el negocio en situaciones específicas relevantes
para una empresa en particular. Las oportunidades de negocio y el riesgo
inevitable que las acompaña exigen al estratega un serio interés en saber lo
que acontece fuera de su empresa.
lunes, 24 de julio de 2017
El aprendizaje del entorno de la empresa
Toda
organización se encuentra localizada en determinado lugar o sociedad. El medio
ambiente en el que se desarrolla una organización de negocios, como el de
cualquier entidad orgánica, es el marco político-económico dentro del cual se
desempeña, recibe influencias que afectan su desarrollo y que, de alguna forma
u otra, condicionan la toma de decisiones en respuesta a dichas influencias.
Las influencias ambientales relevantes para la decisión estratégica operan en
la industria a la que pertenece la empresa, vienen de la comunidad global de
negocios, la ciudad, el país y el mundo. Estas influencias son políticas,
económicas, sociales, tecnológicas y ecológicas. El estratega tiene que estar
consciente de tales influencias del medio ambiente en que se encuentra.
En cada una
de estas influencias tiene lugar el cambio de grados diversos que, por ejemplo,
puede ser muy rápido en tecnología y muy lento en política; también debe
considerarse en cada una de ellas el mayor o menor peso de su influencia en el
accionar tanto del sector industrial o comercial, como en la empresa. El nivel
o frecuencia de cambios en el medio ambiente de los negocios exigen un
monitoreo continuo de la definición de la empresa de lo que es su negocio, que
puede exigir un replanteamiento de su misión, de lo contrario, la empresa
cometerá errores y acabará quedando desubicada en el mercado. Pero lo que no
debe perderse de vista es que, estas influencias externas sólo son las condiciones
del cambio de la empresa; la causa
del cambio, es interna, expresada en su real capacidad.
Dado que,
por definición, la formulación de la estrategia se emprende teniendo en mente
el crecimiento sostenido y la construcción de futuro de la empresa, los
ejecutivos que participan en el proceso de planeación de la estrategia deberán
estar conscientes de todos aquellos aspectos del medio ambiente de su empresa
especialmente los susceptibles a la clase de cambio que puede afectar el futuro
de la organización. En la actualidad, el modelo de negocios CANVAS, es una
herramienta extraordinaria que nos recuerda la necesidad de hacer cambios en
algunas de las variables componentes del perfil de éxito de la empresa; de lo
contrario no conseguiremos los resultados que esperamos al ejecutar la nueva
estrategia. Si queremos mejores resultados, no los obtendremos haciendo lo
mismo.
martes, 11 de julio de 2017
Requisitos para implantar la estrategia
Así como el
diseño arquitectónico del edificio, no es el edificio; de igual manera, el
diseño de la estrategia empresarial, no es la estrategia; la estrategia de la
empresa sólo se verá en su implantación, en su ejecución. Por eso es importante
examinar el proceso de implantación y
los necesarios elementos que la componen que, facilitarán el flujo de las actividades de tal manera
que nos acerquen al objetivo o resultado esperado. La implantación de la
estrategia comprende un conjunto de decisiones y actividades de naturaleza administrativa; esto
exige tener bien claro el propósito para que las decisiones, acciones y
recursos comprometidos de la empresa, se movilicen con objeto de lograr su
realización. ¿Cuáles son estos elementos que deben tenerse en cuenta, en la
implantación?
Se necesita
una estructura organizacional
apropiada que facilite el desempeño eficiente de las tareas requeridas; esta
estructura ha de traducirse en sistemas
efectivos de información y relaciones, verticales y horizontales, que
permitan la coordinación de todas las actividades subdivididas: a mayor
división del trabajo, mayor coordinación necesaria. Tienen que establecerse procesos organizacionales de medición
del desempeño, compensación, desarrollo administrativo, todos ellos dirigidos
hacia la clase de comportamiento requerido por el propósito y los objetivos
organizacionales. Dicho de otra manera, las actividades deben fluir a través de
un orden previamente establecido, que podría ser resultado de una
reorganización, que vaya acorde con las
nuevas actividades que exige la estrategia empresarial.
¿Quién
otorga el aspecto dinámico a la implantación de la estrategia? El liderazgo, definitivamente. Para el
éxito de la estrategia, el papel del
liderazgo personal es fundamental y, en algunos casos decisivo; pero no se
puede dejar de lado a los verdaderos ejecutantes: los colaboradores, quienes deben tener conocimiento de qué es lo que
debe hacerse y saber cómo hacerlo. Si
bien es cierto que, en el diseño organizacional se considera la
proposición lógica de Alfred Chandler, “la
estructura debe seguir a la estrategia”, esto no es más que expresión de
los aspectos estáticos de la formulación e implantación de la estrategia; no podemos
ni debemos olvidar el aspecto dinámico, el aspecto que realmente pone en
movimiento recursos y esfuerzos hacia el logro del objetivo estratégico.
lunes, 3 de julio de 2017
El proceso de elección de la estrategia
Revise usted
su proceder cuando se dedica a elaborar alternativas, las evalúa y trata de
elegir una entre ellas. Notará que, usted se vuelve lo más racional, lo más lógico
posible cuando las elabora y evalúa cada una de ellas; y, cuando se decide a elegir
una lo hace recurriendo a su aspecto emocional y afectivo. Henry Mintzberg dice
que, “la elección estratégica tiene un rasgo ético, un hecho ilustrado de
manera muy dramática en algunas industrias más que en otras”. Piense un momento
en las industrias relacionadas con la moda y los cosméticos, o los servicios y
se entenderá lo que quiso decir Mintzberg; es bastante probable que, la
esperanza y el temor estén presentes, y se tengan muy en cuenta, a la hora de
la elección de una alternativa que consideramos sea ganadora.
Así como las
distintas opciones y alternativas que hemos logrado plantear pueden ser
ordenadas tomando en cuenta su grado de riesgo que conllevan, pueden ser
también examinadas en relación a las capacidades de respuesta que se posee,
elegidas por el estratega, en relación a las expectativas de la sociedad,
específicamente del mercado. Al ejecutivo que las ha elaborado y evaluado,
algunas alternativas pueden resultarle más atractivas que otras, sobre todo
cuando tiene en mente las necesidades del mercado que se pretende satisfacer o
las soluciones que se ofrecen para resolver sus problemas.
Esto nos
hace pensar, principalmente, en la inteligencia emocional que posee, o no, el
estratega: ¿tiene en mente, y es sensible, al bien público o el servicio social
que le da razón de ser a su empresa? Si sólo piensa en el crecimiento sostenido
con grandes utilidades, descuidando las necesidades y problemas por satisfacer
y resolver del mercado, indicará que ha quedado atrapado exclusivamente en la
función de la empresa, olvidando su misión. La inteligencia académica dicta su
conducta. En tal sentido, el estratega tiene que aprender a armonizar función
interna y misión externa de la empresa. Traducido a su educación, formación
y capacitación profesional, significará esmerarse en armonizar su inteligencia
académica con su inteligencia emocional. Así estamos hechos los seres humanos.
miércoles, 8 de marzo de 2017
Componentes de la formulación estratégica
Tanto la estrategia
corporativa, como la empresarial, tienen que entenderse como un proceso
organizacional, inseparables en muchos sentidos de la estructura, el
comportamiento y la cultura de la empresa en la que tiene lugar. Dentro del
proceso de formulación de la estrategia, es posible identificar dos aspectos
interrelacionados en la vida real, pero susceptibles de separarse para
propósitos de análisis y comprensión. Al primer aspecto se ha dado en denominar
formulación y al segundo como implantación. La decisión de lo que
finalmente será la estrategia, dependerá de las circunstancias internas del
estratega: sus conocimientos, experiencia, criterio, valores y ambiciones. La presencia
de las ambiciones del estratega está hablando del lazo emocional que pudiera
complicar la elección entre distintas opciones.
En cuanto al
componente lógico de la formulación, las principales actividades incluyen la identificación
de oportunidades y amenazas en el medio ambiente en el que se desenvuelve la
compañía, así como atribuir una estimación de riesgo a cada una de las opciones
determinadas. Antes de inclinarse por una elección particular, se debe tener presente
los aspectos en los que la empresa tiene fortalezas y en los que muestra claras
debilidades, junto con la disponibilidad y calidad de los recursos y el nivel
de alcance que tiene la empresa. Será preciso determinar, con la mayor objetividad
posible, su capacidad real y potencial para tomar ventaja de las necesidades
identificadas en el mercado, así como su capacidad para hacer frente a los
riesgos inherentes a su desempeño.
La opción
estratégica que resulte de conjuntar la oportunidad y la capacidad empresarial
en un nivel aceptable de riesgo constituye lo que podemos denominar estrategia
económica. El grado en que los estrategas desean asumir bajos y altos riesgos
depende presumiblemente de sus objetivos de utilidad. Mientras más altas fijan
las utilidades deseadas es de esperarse que estarán dispuestos a asumir un
riesgo equiparable al caso de amenazas de mercado que podrían enfrentarse
exitosamente, o de que la capacidad empresarial para sobresalir entre la
competencia logre hacerse realidad. Aquí, definitivamente, entra en juego los
valores personales, las aspiraciones e ideales de estratega que, quiérase o no,
ejerce influencia sobre la elección final de propósitos. (tomado de Henry
Mintzberg)
miércoles, 1 de marzo de 2017
Enunciados breves o concisos de la estrategia
Un enunciado breve
o conciso de la estrategia expresa, de manera resumida y comprensible, su línea
de productos o servicios “bandera”, los servicios ofrecidos que acompañarán o
complementarán los productos y los servicios principales, como en el caso de los
bancos; así, también, los mercados y segmentos del mercado para el cual se diseñarán
los productos y servicios; los canales de distribución mediante los cuales se
accederá a dichos mercados. Algunas veces se mencionan los “aliados” con los
que piensa contar la empresa para lograr sus objetivos estratégicos. Quien lea
este resumen ejecutivo, podrá darse cuenta rápidamente lo que pretende lograr
la empresa; también podrá apreciar la manera que ha pensado conseguir sus
resultados.
Se acostumbra
especificar también los medios que serán empleados para el financiamiento de la
operación actual de la empresa, o del nuevo proyecto; asociado con un lanzamiento
de un nuevo producto o servicio, o línea de producto. De igual manera se
procederá con los objetivos de ingresos y utilidades que se piensa lograr,
dependiendo de si la estrategia es de supervivencia, de crecimiento o si se
busca desarrollo con rentabilidad; si es éste el caso, se pondrá el énfasis en lo que se hará en lo relativo a
la seguridad del capital frente a los niveles de rentabilidad. Hay situaciones,
como en supervivencia, en la que la estrategia pondrá énfasis en la liquidez,
en el efectivo que se necesita para cubrir compromisos, relegando la
rentabilidad a un segundo o tercer plano.
En las principales
políticas relacionadas con las funciones centrales tales como mercadotecnia,
manufactura, logística, investigación y desarrollo, relaciones laborales y de
personal, se plantearán de manera que sea posible distinguir a la empresa de
otras con características similares. Si una empresa no logra distinguirse desde
su estrategia, es como si no la tuviera; y, el efecto sobre el mercado será
que, estará enviando señales equivocadas y estará reforzando, como algo
superior, lo que están haciendo sus principales competidores. A menudo se
incluirán también, la forma y el clima de la organización. Aunque parezca
mentira, muchas veces el comportamiento y desempeño del personal del área comercial,
son quienes marcan la diferencia, muy por encima de la tecnología. (tomado de Henry
Mintzberg)
martes, 21 de febrero de 2017
El Enfoque Estratégico
La estrategia, como
una abstracción conceptual, es una sóla; lo que observamos en la acción
empresarial es un uso de distintos enfoques, es decir, lo que percibimos son
formas diferentes de estrategia. Es como el concepto de “materia”, ésta en sí
no existe, lo que existen son distintas formas de materia. Si yo le pido
alguien que me traiga un poco de materia, me traerá una forma específica de
materia. La estrategia la podemos considerar como un patrón o modelo de decisiones,
que determina y revela los objetivos, propósitos o metas empresariales.
Cualquier enfoque que utilicemos, produce las principales políticas y planes
para lograr tales metas, define la línea de negocios a que aspira una compañía
y establece el tipo de organización económica y humana que es o pretende ser.
Toda estrategia,
sea ésta que esté formalmente establecida o en la cabeza del dueño de la
empresa, implica y define ciertos compromisos inalterables, que vienen determinados,
obligatoriamente, por la misión que se quiere cumplir y el objetivo que se
quiere lograr: el nivel de calidad de los productos o servicios, la tecnología
que debe usarse, calidad de materia prima o insumos, calidad de los esfuerzos
del recurso humano. La estrategia fracasa si se dejan de lado o violan estos
compromisos. Las determinantes básicas del carácter de una empresa deberán
cambiar sustancialmente, dependiendo de la elección hecha sobre la matriz
producto-mercado. ¿Qué ha decidido la empresa, ampliar participación porcentual
de mercado, desarrollar mercado, desarrollar producto o diversificación?
La interdependencia
de propósitos, políticas y acciones organizadas, deben servirnos para descubrir
qué es lo que hacemos mejor que cualquier otro competidor; es decir,
identificar ventajas competitivas, que deben existir o desarrollarse si no las
tenemos, en los procesos internos de la empresa, y que hacen que los clientes
nos prefieran, en vez de a la competencia. Las ventajas competitivas, al final
significan capacidad para movilizar fuerzas que nos aseguren o nos den altas
posibilidades de lograr éxito en el mercado. En otras palabras, lo que haga la
empresa no tendrá sentido, a menos que sea capaz de decidir o establecer la razón
por la que está haciendo algo: la calidad de la acción del estratega y la
motivación que le transmite poder no pueden valorarse desconociendo su relación
con el propósito. (tomado de Henry Mintzberg)
lunes, 6 de febrero de 2017
La "formulación de la estrategia"
La mayor cantidad
de artículos sobre este tema se basa en cómo
debería diseñarse o formularse, de
manera intencional la estrategia. Ha habido mucho consenso sobre la forma en que la estrategia se formula, sin embargo,
han surgido otros enfoques al respecto. Actualmente, existen dos corrientes de
consenso. La primera, se origina en la década de los 60, siendo Kennet Andrews,
de la Escuela de Negocios de Harvard, la persona asociada comúnmente con este
enfoque; también, al mismo tiempo que, Igor Ansoff expresó concepciones muy
similares. La segunda, surgió alrededor
de 1980, que es más bien un desarrollo de la primera que una refutación de la
misma, siendo Michael Porter la persona más asociada y representativa de esta
corriente. Hablaremos, primero, del enfoque de Kennet Andrews.
Lo escrito por
Andrews, sirve para introducir la noción básica de que, en última instancia, la
estrategia precisa el logro de una adecuada articulación entre la situación
externa (oportunidades y amenazas) y la capacidad interna (fuerzas y
debilidades). El enfoque de Andrews surge directamente de algunos conceptos
militares. Tanto el enfoque militar como el de Andrews intentan compensar el
impacto de los recursos mediante la concentración de esfuerzos en una zona definida
de dominio y, al mismo tiempo pretenden anticipar los efectos de fuerzas
externas que representan peligros potenciales. Si no se poseen la suficiente
cantidad y calidad de recursos, hay que compensarlos, necesariamente, con mayor
uso de inteligencia y creatividad.
Cuando se
interpreta el enfoque de Andrews, se hacen evidentes, con rapidez, cierto
número de premisas fundamentales. Destacan entre ellas: la clara distinción que
se hace entre la formulación de la estrategia y la implantación de la misma,
que es de hecho, la distinción entre pensar y actuar; la creencia de que la
estrategia debe ser explícita; la noción de que la estructura debe seguir a la
estrategia, en otras palabras que se diseñe de acuerdo con la estrategia; y el
asumir que la estrategia se deriva del liderazgo formal de la organización.
Este modelo o patrón ha probado ser de utilidad en diversas circunstancias,
porque permite analizar una situación estratégica y pensar acerca de la
elaboración de la estrategia; haciendo la aclaración de que, este patrón no puede
o no debe aplicarse en forma mecánica. (Tomado de Henry Mintzberg)
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